Este lugar ha sido mi refugio cuando la vida se me mueve tal cual placa tectónica luego de un terremoto; hoy es un día de eso, si bien trato de concentrarme y cumplir con mis labores de grande [trabajo, estudio], por otro mi mente se concentra en lo realmente importante, mi familia la que tengo lejos y la que está cerca… La vida, el tiempo transcurre sin piedad, me siento impotente al no alcanzar el 99.9% y ser auténtico apoyo, apoyo que en estos momentos necesita uno de los seres más importantes, el por quién estoy frente a la pantalla escribiendo o parafraseando mi sentir.
Por mi familia sería capaz de darlo todo, tal vez no lo noten o no lo haya hecho ver así, tal vez me porte fuerte y en algunas ocasiones ruda, pero ahora lo que menos debo hacer es derramar lágrimas, alguien (mi primo Juan Fernando) una vez me dijo: las lágrimas se hicieron para demostrar felicidad ya sea por un nacimiento, por amor y también el dolor ante la muerte… así que no se deben escapar por medias “tintas”.
Esa es mi mayor debilidad y mi punto “flojo”, el tener que afrontar el sufrimiento, la tristeza o la perdida de alguien que quiero en demasía…. A veces no sé que hacer, qué decir, cómo actuar… creo que lo mejor que puedo hacer es seguir teniendo fe, fe que no quiero se quebrante por nada… Hoy recordé el abrazo que mi mami me daba cuando me caía o lloraba, si, lo recordé porque ella se acercó y me dijo: “tengo miedo”, y yo devolví ese abrazo cuan mamá al consolar su llanto, el tranquilizarla y decirle que todo saldrá bien… No sé hasta qué punto podré aguantar y ser en verdad un apoyo incondicional.
Es difícil transmitir lo que siento en estos momentos, sólo espero que todo vuelva a la normalidad, que el Señor nos de paz y fortaleza cada día de nuestras vidas. Ahora, sólo nos queda seguir caminando juntos…
Keep walking…